Faro “Islotes Evangelistas”
El esfuerzo de hacer soberanía
El 18 de septiembre de 1896 se ponía en servicio la linterna que iluminaba por primera vez el mar austral. Era el Faro “Islotes Evangelistas”, ubicado en la boca occidental del estrecho de Magallanes, que se inauguraba en celebración de la independencia nacional y en homenaje al Presidente de la República, Almirante Jorge Montt, que ese día daba término a su mandato.
Considerando el aumento de naves que surcaban el Estrecho de Magallanes, el Presidente de la época, Almirante Jorge Montt, dispuso a la Armada de Chile iniciar un programa de señalización marítima, asignándole al entonces Teniente 1° Baldomero Pacheco la difícil tarea de dirigirse hasta el Islotes Evangelistas para efectuar un primer reconocimiento del área.
Datos estadísticos indican que el promedio anual de agua caída en este lugar era de 2 mil a 3 mil milímetros, rachas de vientos que sobrepasaban los 120 kilómetros por hora, temperaturas inferiores a los diez grados bajo cero y olas de 20 metros de altura.
En 1892, el Gobierno de Chile realizó una invitación especial al ingeniero escocés George Slight para construir un faro en el grupo de islotes evangelistas, convirtiéndose por su trayectoria mundial en el gran artífice de las señales luminosas, llegando a cimentar cerca de 75 faros y balizas en nuestro país. Esta primera obra constituyó una de las construcciones más relevantes ejecutadas bajo la dirección del ingeniero, debido al difícil acceso y a las condiciones meteorológicas. Una de las historias cuenta que una nave que concurrió al área para aprovisionarlos de materiales, debió esperar 40 días para que aplacara el temporal y poder acceder al peñón. Este lugar fue denominado como puerto "Cuarenta días".
"El Farero que no ha estado en Evangelistas, no es Farero"
El Sargento 1° Carlos Paredes es el Jefe del Faro "Islotes Evangelistas". Su destinación, al igual que sus ayudantes es por un período de tres meses. Ellos son el Cabo 2° Heberardo Lagos y el Marinero Giovanni Lanfranco.
El Sargento Paredes cuenta que en su especialidad hay un dicho que dice: "El Farero que no ha estado en Evangelistas, no es Farero". Él cumplió su sexta destinación en Evangelistas. "Aquí comencé mi carrera como Marinero, y permanecer a cargo de la dotación en una de las reparticiones más aisladas, me ha permitido desarrollar todo lo que he aprendido en la Armada, y poder traspasar ese conocimiento a quienes hoy inician su carrera me llena de orgullo".
La rutina de trabajo en el faro consiste en controlar el tráfico marítimo, efectuar observaciones meteorológicas cada tres horas, durante las 24 horas del día, y realizar la mantención general de la repartición, incluidos los equipos comunicacionales, electrógenos, el pintado del faro, y su limpieza, entre otras actividades.
Al conmemorase un nuevo aniversario, el Sargento Paredes comenta acerca de los preparativos. "Como en toda celebración, tengo que elaborar una alocución patriótica que leeré a mi dotación, y si el clima nos permite, haremos un asado. Entre todos prepararemos empanadas porque también brindaremos por nuestra independencia, eso sí con jugo, porque acá no está permitido beber alcohol".