- Ud Esta en :Portada
- / Bienvenidos a bordo
Intercambios que marcan historias
Para todos fueron grandes noticias. Algunos se sorprendieron, a otros les llegó la novedad en el terreno y no faltó quien se enteró en el mar que iba a estar un año cumpliendo con su misión marinera del otro lado de la Cordillera de los Andes.
Se trata de los hombres que este año viajaron de Chile a Argentina y viceversa en el marco de los intercambios que desde hace muchos años se realizan. Son integrantes de ambas Armadas que tienen la posibilidad de llegar al país vecino a estrechar lazos, compartir experiencias y, sin dudas, a vivir un intercambio que los marcará en su carrera militar y en su vida.
Amigos, costumbres, paisajes que se convierten durante un período de tiempo en la realidad cotidiana y que, finalizada la comisión, quedan grabadas en el corazón de cada uno de ellos.
El Capitán de Navío Gastón Ramírez nació en Santiago y es el actual Agregado Naval de Chile en Argentina. No es la primera vez que llega al país; ya de niño iba de vacaciones y tiene muchos recuerdos de Río Gallegos, Esquel, Bariloche, Puerto Madryn hasta las Cataratas del Iguazú.
Aunque esta experiencia es diferente porque es la primera vez que trabaja en el país. "Los Agregados Navales somos asesores del embajador en el área que nos compete. En mi caso tengo la misión principal de mantener todos los contactos que existen entre las dos Armadas y además construir puentes en aquellas cosas nuevas que vayan ocurriendo", explicó.
En Argentina tiene un sólido equipo de trabajo que lo acompaña en la labor cotidiana; son cuatro sargentos chilenos que también llegaron a trabajar a la ciudad de Buenos Aires para desempeñarse junto a él en diferentes áreas: el Sargento 2º Antonio Guajardo (secretario), el Sargento 1º Cristhians Vallejos (conductor), el Sargento 2º Óscar Pérez (finanzas) y el Sargento Primero Waldo Alarcón (mayordomo).
Asimismo tiene en el país el apoyo de su familia. Llegó a la Argentina el 26 de diciembre de 2015 junto a su esposa Sandra y tres de sus hijos, ya que el mayor también eligió ser marino y en estos momentos está en la Escuela Naval en Chile.
"La interacción con la Armada Argentina es excelente; es tal el nivel de amistad que existe que va más allá de cualquier cosa coyuntural. Estando acá me tocó trabajar con el Capitán Paternostro y hace varios años había estado navegando con él", recordó.
Más allá de lo laboral, en Argentina disfruta de las medialunas y la carne del país, como así también de los espectáculos musicales.
Junto al Agregado Naval, el Sargento 1° Cristhians Vallejos coincidió en que "la interacción con la Armada Argentina es siempre muy cordial y amable sobre todo con el personal de la oficina Relaciones Navales Internacionales".
Él llegó a Argentina junto a su familia en enero de 2015 y se acostumbró a la vida en Argentina rápidamente. Rescató, sobre todo, el intercambio con marinos argentinos de su especialidad, además del desafío que implica conducir en Buenos Aires; mientras que en lo personal destacó "todo lo que enriquece una experiencia de vida en el extranjero conociendo el país y sus distintas localidades, su cultura, comidas y teatros".
Coincidentemente, su compañero - el Sargento Segundo Óscar Pérez - llegó a la Argentina en enero de 2015 junto a su esposa y sus tres hijos. "La interacción con la Armada Argentina ha sido excelente, destacando el trato y predisposición que nos ofrece su personal", aseguró.
A varios kilómetros de Buenos Aires, en Santiago de Chile, un argentino cumple funciones similares a las del Comandante Gastón Ramírez. Se trata del Capitán de Navío Walter Ernesto Doná, quien llegó al país el 14 de abril de este año.
En años anteriores se desempeñó como Jefe de Estado Mayor en el Área Austral, teniendo una gran relación con la Tercera Zona Naval. "Este cargo es la continuación de lo que ya había empezado en el área sur, donde durante todo el año había mucha interacción con la Armada chilena. Sin embargo, el cargo de Agregado naval tiene otro tipo de responsabilidades, porque ya no tiene que ver con una zona específica sino con las actividades integrales con la Armada de Chile".
En cuanto a sus labores como Agregado Naval, el Comandante Doná comenta que se enfocan en "fomentar, mantener y, en la manera que sea posible, acrecentar el excelente entendimiento que ya lleva muchos años entre ambas Armadas".
Junto con el Comandante Doná, cumple funciones administrativas y protocolares el Suboficial Principal Gustavo Ortiz, comentó respecto a su experiencia: "fue enriquecedora desde el punto de vista personal y profesional, logrando una muy buena integración con la Armada de Chile, la cual nos brindó desde el principio todo el apoyo necesario para poder cumplir las funciones para las cuales fui designado".
En cuanto a la relación entre ambas Armadas, el Suboficial Ortiz afirmó que "desde el primer día la recepción fue muy buena, agradable y siempre me sentí acompañado por ellos."
En las aulas
Allí también se dan los intercambios. En la Escuela de Guerra Naval - con sede en la capital argentina- el Capitán de Fragata José Miguel Rozas de la Armada de Chile se encuentra realizando el Curso de Comando y Estado Mayor.
"Ha sido una experiencia profesional muy interesante por cuanto me ha permitido conocer materias desde puntos de vista distintos y al mismo tiempo darme cuenta lo parecidas que son nuestras Armadas", relató, mientras destacó la excelente interacción con sus compañeros. "Creo tener la suerte de ser parte de un gran grupo humano, tanto por mis compañeros argentinos como por los becados de las Marinas de los otros países".
En referencia a su experiencia personal, dijo que si bien había estado en varias ocasiones en el país, en esta oportunidad "vivir acá ha sido muy interesante por la posibilidad de conocer cosas que uno como turista no puede apreciar".
Está en Argentina junto a su esposa Jimena, con quien "hemos aprovechado a disfrutar la ciudad caminando por distintos sectores, visitando las librerías y también espectáculos teatrales. Desde luego hemos aprovechado de visitar otras ciudades y Uruguay".
Es el primer marino de su familia. "Un compañero de curso del colegio me propuso postular a la Escuela Naval, considerando que siempre me gustó la historia naval. La idea me pareció buena y acá estoy 26 años después. Estoy seguro de que fue una muy buena elección".
El Comandante Rozas aseguró que de esta experiencia en Argentina si bien puede mencionar muchos aspectos positivos a nivel profesional, "lo más valioso son las personas que he conocido, tanto profesores como compañeros de curso".
Por su parte, el Capitán de Corbeta Sergio Navarro de la Armada Argentina llegó el 31 de enero a Viña del Mar, para formar parte del Curso de Estado Mayor que imparte la Academia de Guerra Naval. Junto a él viajó por tierra Lucky, un labrador negro de tres años, mientras su esposa Vanesa y sus hijos Lucía (17) y Ramiro (14) lo hicieron en avión.
"La experiencia ha sido muy enriquecedora desde el punto de vista profesional y personal. En lo profesional tener la oportunidad de hacer por segunda vez este curso, me da la oportunidad de asimilar algunos contenidos de mejor manera. Siendo invitado extranjero, uno tiene otra visión y otra perspectiva del curso".
En lo familiar, el Capitán Navarro comentó que para su esposa e hijos la experiencia ha sido muy interesante. "Vivir en otro país, conocer otra cultura, que si bien es bastante parecida a la Argentina, les da la oportunidad de abrir sus mentes y ver cómo son las cosas en otro lugar. Como familia nos unimos más y disfrutamos de la experiencia".
Como guardiamarina tuvo la oportunidad de visitar Valparaíso en 1997 con la Fragata ARA "Libertad" y en 1998, hizo el viaje como invitado en el Buque Escuela de Ecuador "Guayas", donde coincidió con un oficial chileno, el actual Capitán de Corbeta Carlos Alfaro, Comandante del PSG "Micalvi", con base en Puerto Montt, a quien visitó en esa ciudad durante este año.
En cuanto a las relaciones entre ambas Armadas, el Capitán Navarro afirmó: "Yo creo que las relaciones son inmejorables, afortunadamente he vivido una época en la cual ambas Armadas han trabajado de una manera integrada y sin ningún tipo de problemas. Evidencia de eso, son los chilenos que van permanentemente a hacer el curso a Argentina y viceversa. Lo mismo ocurre en la Escuadra, en la Fuerza de Infantería de Marina, etc., hay bastantes chilenos que siguen yendo a la Argentina, y argentinos que vienen para acá, por lo cual el agrado de conocimiento e integración creo que es óptimo".
Navegando en un buque amigo
El Teniente 1º Jorge Hartung se enteró que iba de intercambio a Argentina mientras navegaba por las aguas del sur de Chile. Lleva la Marina en su sangre; su padre es Infante de Marina y siempre le gustó la vida dentro de la institución. Su novia Francisca se quedó en Viña del Mar trabajando mientras ultima también los detalles para la boda que será poco después de que Jorge regrese a Chile. Ella entiende de distancias, pero tratan de juntarse cada vez que pueden en Buenos Aires además de que la tecnología los acerca a diario.
El joven ingeniero naval electrónico está destinado en el destructor ARA "Almirante Brown" con apostadero en Puerto Belgrano y ha tenido una excelente adaptación en Argentina. Ya toma mate como uno más y forma parte del equipo de rugby del Centro Naval de Bahía Blanca, además de tener muchísimos amigos que cosechó durante su viaje en el Buque Escuela "Esmeralda", donde "compartí viaje con la generación de actuales tenientes de navío que se embarcaron con nosotros como invitados".
En el buque argentino es uno más de la tripulación. "Disfruto mucho acá", dijo a la vez que destacó la camaradería en la unidad y su inserción en la dinámica de trabajo.
"La verdad es que en todos los buques hay que dividir el día a día. Mientras se está en puerto, hay que mantener los equipos, repararlos, verificar que estén operativos y prepararse para zarpar, que es la otra etapa", explicó. "Cuando navegamos, en cambio, yo cubro en la CIC y me encargo de las comunicaciones tácticas con las otras unidades; soy la voz que sale desde el 'Brown' hacia los demás buques. Recibo la información de la Flota o de las otras unidades, las decodifico y se la entrego al mando. Lo mismo sucede si nosotros tenemos que salir con alguna información; la recibo, la codifico y la enviamos".
Explicó que en ambas Marinas "funcionamos igual, que trabajamos con el mismo ímpetu, con las mismas ganas".
En tanto, el Teniente de Navío Sebastián Eduardo Sánchez, especialista en Armas Submarinas de la Armada Argentina, llegó el 23 de marzo a presentarse en el petrolero AO "Araucano", perteneciente a la Escuadra Nacional de la Armada chilena. Ahí se desempeña como Jefe del Departamento de Armamentos, donde tiene como subordinados a dos Oficiales y diez Gente de Mar.
Reconoce que cuando fue notificado de su designación por la Dirección del Personal de la Armada Argentina, no sabía qué esperar, debido a que era la primera vez que le asignaban un transbordo fuera del país.
"Como no tenía mayor conocimiento, conversé con algunos de los oficiales que habían tenido la oportunidad de estar en Chile, y de esa manera comencé a hacerme un panorama de las cosas. Todo lo que imaginé de esta experiencia, se ha cumplido con creces".
Junto a él, vino su esposa María Erica, quien se ha adaptado muy bien a la vida naval chilena. "La Familia Naval nos abrió las puertas. Nos han integrado como un matrimonio chileno más, lo que se puede reflejar en las reiteradas oportunidades que nos invitaron a compartir un momento en sus casas. Puedo decir que hemos disfrutado de cada encuentro y estamos agradecidos porque nos han ayudado cada vez que lo necesitamos".
Para el Teniente Sánchez, este intercambio "me permitió conocer la forma de trabajo de la Armada de Chile y así poder intercambiar experiencias con la dotación del buque, quienes desde mi llegada, han sabido integrarme y han ayudado a que mi paso por la unidad y el país sea gratificante."
Intercambios en el terreno
Dos días en auto le llevaron al Teniente 2º IM Gustavo Hidalgo llegar desde Concón hasta Bahía Blanca, ciudad ubicada a aproximadamente 40 kilómetros del Batallón de Infantería de Marina Nº 2 (BIM2), donde 2016 lo encuentra realizando un intercambio profesional con la Armada Argentina.
En el auto no vino solo sino con Mariana, su esposa, y sus dos hijos: Agustina de 5 años y el pequeño Pedro que por enero tenía sólo dos meses.
"En octubre del año pasado me enteré que me venía a la Argentina; la verdad es que es un premio, lo siento así. Este año ha sido muy bueno", explicó.
Asimismo enfatizó que a nivel profesional "las diferencias son mínimas; la doctrina como Infantería de Marina es la misma. Vengo de un puesto en Operaciones en un batallón chileno y llegué a un puesto de Operaciones en el BIM2 así que la verdad en ese aspecto no ha sido muy difícil".
En cuanto a lo personal, "la gente ha sido muy cálida en el recibimiento; he podido estar con ellos trabajando codo a codo sin ningún problema".
El Teniente Hidalgo, durante su estadía en Argentina, ha participado de varios ejercicios del adiestramiento estándar que tienen las compañías de tiradores hasta ejercicios helitransportados con apoyo de helicópteros aeronavales. Además, en lo deportivo, se sumó al equipo de rugby del Centro Naval de Bahía Blanca.
De este intercambio, se lleva "una gran experiencia y muchas amistades", el compartir en el ambiente del rugby, los asados y la argentinísima costumbre de tomar mate.
El Teniente de Navío IM José Luis Dotto, especializado en Comunicaciones y Guerra Electrónica, llegó a principios de marzo junto a su señora a la sureña ciudad de Talcahuano, donde se encuentra el Batallón Infantería de Marina "Aldea".
"La experiencia de intercambio ha sido muy enriquecedora, tanto en lo profesional como en lo personal. Al poco tiempo de llegar tuvimos una campaña al sur de casi un mes de duración, donde pude compartir mucho tiempo junto a los Infantes de Marina chilenos. La integración profesional fue muy simple, ya que había trabajado con militares chilenos en Chipre y en Haití, por lo que conocía su manera de trabajo, la cual es muy similar a la nuestra", indicó.
En el Batallón "Aldea" se desempeña como oficial del Grupo de Entrenamiento, lo cual le permite "integrarme de manera directa con el personal e intercambiar experiencias de entrenamiento básico militar con los monitores del grupo. Esto ayuda a enriquecer los procesos de entrenamiento de ambos".
En cuanto a la relación entre ambas Armadas, para el Teniente Dotto, es muy buena, dado principalmente a los intercambios que se hacen anualmente entre marinos y los ejercicios combinados. "Esto nos permite operar de manera mancomunada tanto en la región como en cualquier lugar del mundo, muestra de ello es la Misión de las Naciones Unidas en Chipre (UNFICYP) y la Fuerza de Paz Conjunta Combinada Cruz del Sur. Todas estas actividades dan muestras de la integración de nuestros países y del profesionalismo de sus Fuerzas, las cuales se encuentran preparadas para actuar en diversos escenarios".
El privilegio de navegar en la "Libertad" y la "Esmeralda"
Para los Guardiamarinas el viaje que cierra su formación como oficiales de la Armada es un hito en la carrera. El poder realizar ese viaje de instrucción en el buque de una Armada amiga es aún más representativo para ellos.
El Subteniente Ignacio Quezada de la Armada de Chile el pasado 10 de julio se embarcó en Ámsterdam en la fragata ARA "Libertad", buque escuela de la Armada Argentina. "Estar aquí es un privilegio. Conocer otra Armada, otra gente. Darme cuenta con mis propios ojos que somos muy iguales. La forma de trabajar, es como vivir mi viaje de nuevo pero con gente que habla español diferente. Son muy parecidos a nosotros, muy entretenidos. Es un privilegio", contó Quezada durante la navegación de Toulón (Francia) a Civitavecchia (Italia).
La noticia la recibió mientras estaba de vacaciones e inicialmente pensó que era una broma, pero ahora está viviendo esta increíble realidad. "Mi familia se siente orgullosa porque fui seleccionado para representar a mi Armada y mi gente".
De este viaje a bordo de la "Libertad" rescata "las ganas que todos tienen de trabajar y eso se contagia. Estamos todos sentados en la camareta, llega alguien diciendo que hay algo que hacer y se levantan todos para acudir. Eso me gusta mucho. Este viaje es una experiencia que me voy a llevar para tenerla siempre, de cómo son y cómo trabajan en grupo".
Su papá también fue marino y siempre había querido vivir lo mismo que él. "Esto es mucho más que un trabajo, es una filosofía de vida. Me gusta lo que hago, es lo que quiero hacer desde hace mucho tiempo. El privilegio de viajar en el buque escuela de la Armada Argentina, ningún otro trabajo me lo daría".
Este año - en tanto - el Buque Escuela "Esmeralda" de la Armada de Chile, se encuentra realizando su crucero de instrucción por Asia Pacífico. A bordo, y como parte de los oficiales invitados que cada año se embarcan, se encuentra el Guardiamarina de la Armada Argentina Paulino Lado, de 24 años.
"Las experiencias a bordo se viven intensamente, siendo las mismas sumamente gratificantes, permitiendo sobre todo, entablar nuevas amistades. La dotación y los mismos guardiamarinas, me integraron rápidamente a sus actividades, a modo de compartir experiencias y disfrutar de buenos momentos tanto a bordo de la unidad como en tierra, con la habitual camaradería que caracteriza a los marinos", comentó el Guardiamarina Lado mientras se encontraba en tránsito entre Hawái y Japón.
En cuanto a su rutina diaria a bordo, el oficial argentino contó que es la misma que el curso de guardiamarinas chilenos: "A bordo me acoplo a la rutina de los guardiamarinas, que consiste fundamentalmente en la participación en maniobras veleras y asistir a exposiciones que los Guardiamarinas de la Armada de Chile realizan junto con el resto de los invitados extranjeros, sobre diversos temas de cultura general".
Al referirse a las similitudes entre ambas Armadas, Lado dijo que: "tienen mucho en común, el proceso de formación de oficiales y las exigencias que nuestra carrera conlleva se parecen, en particular la finalización de la instrucción a bordo de un buque a vela alrededor del mundo para ampliar el horizonte cultural".