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Mes del mar
La Armada de Chile en la Región de Magallanes y Antártica Chilena
Esta tradicional efeméride nacional tuvo su origen en 1974, cuando el entonces Comandante en Jefe de la Armada, Almirante José Toribio Merino, dispuso que en mayo de cada año se celebrase en todo Chile el Mes del Mar, que se identifica con las Glorias Navales y la gesta heroica del Capitán Arturo Prat y su dotación en Iquique.
El Mes del Mar tuvo su origen en 1974, cuando el entonces Comandante en Jefe de la Armada, Almirante José Toribio Merino, dispuso que en mayo de cada año se celebrase en todo Chile el Mes del Mar, que se identifica con las Glorias Navales y la gesta heroica del Capitán Arturo Prat y su dotación en Iquique.
Desde 1974 ha sido tradicional la realización de un acto inaugural y un sinnúmero de actividades que buscan afianzar la conciencia marítima, impulsadas por la Armada y también organizaciones civiles, tanto en la costa como en el interior del país. La ceremonia de lanzamiento del Mes del Mar se ha realizado en los últimos años en distintos lugares de Chile, donde se ha buscado ejemplificar la relevancia que tiene el mar para una nación con un litoral tan extenso como el nuestro.
Este año, y dada la proximidad del Bicentenario de la Armada, la celebración de los 400 años del descubrimiento del Cabo de Hornos y los 100 años de la hazaña del Piloto Pardo, el evento central de inicio del Mes del Mar se realiza en Punta Arenas, donde el tema central hace referencia a: “La Armada de Chile en la Región de Magallanes y Antártica Chilena”.
Derivada de su configuración geográfica, la Región de Magallanes y Antártica Chilena, posee una dimensión principalmente marítima, manifiesta ya en sus primeros pueblos originarios, y que luego se acrecienta con la hazaña del cruce del estrecho por parte del navegante Hernando de Magallanes, quien en 1520, abre una ruta obligada para el tráfico marítimo entre los océanos Pacífico y Atlántico.
La presencia de la Armada de Chile ha sido vital en conseguir que Magallanes y la Antártica sean parte integral del país, hecho reflejado en 1843 cuando un puñado de marinos y chilotes, a bordo de la “Goleta Ancud” y bajo el mando del Capitán de Fragata Juan Guillermos, materializaron para Chile la toma de Posesión del Estrecho de Magallanes. Esto, dio como resultado la incorporación de un millón 300 mil kilómetros cuadrados al territorio nacional, reafirmando así el valor estratégico y geopolítico que tenía para la nación hacer patente su presencia en las riberas del estrecho de Magallanes, concluyendo exitosamente la expedición que partió el 22 de mayo desde Ancud.
De este modo Chile, bajo la presidencia de Manuel Bulnes, se anticipaba a la acción de potencias transcontinentales y naciones vecinas de tomar para sus respectivos gobiernos tan especial paso comunicante de los dos más grandes océanos. Desde esta fecha en adelante nuestro país inició un progresivo plan de ocupación, poblamiento y desarrollo económico de la zona de Magallanes, dando vida a estratégicos asentamientos humanos, con una proyección sobre el continente blanco donde el Estado de Chile reconoce espacios de responsabilidad sobre la antártica y sus aguas ribereñas.
Tal visión se hace manifiesta con un operativo de rescate, ocurrido hace ya cien años, y que puso a nuestro país en el concierto internacional; este hecho fue el éxito rescate efectuado por la Armada de Chile del grupo de expedicionarios del buque británico “Endurance” a cargo de Sir Ernest Shackleton, quienes debieron evacuar la nave tras ser atrapada por los hielos, obligándoles a generar un campamento en Isla Elefante a la espera de ser rescatados. Tras dos años e infructuosos esfuerzos el expedicionario inglés solicitó el apoyo al estado de Chile, el cual respondió con el ofrecimiento de usar la escampavía “Yelcho” comandada por Luis Pardo Villalón. A pesar de que la “Yelcho” era una vieja embarcación que no contaba con calefacción, ni radio ni sistema eléctrico, se confiaba en la experiencia y liderazgo del piloto Luis Pardo y su gente, quienes zarparon desde Punta Arenas el 25 de agosto de 1916 decididos a traer sanos y salvos a los exploradores.
La “Yelcho”, sorteando el clima y dureza de los canales australes, y luego de varios días de navegación, logró divisar a los náufragos, quienes no pudieron contener su alegría y entusiasmo, pues su auxilio estaba por alcanzarles. Si bien se había logrado dar con los expedicionarios, el regreso no resultaría fácil para la precaria embarcación chilena. No obstante, la pericia y sabiduría del Piloto Pardo fueron suficientes para traer a su gente y a los 22 exploradores de regreso hasta Punta Arenas, en primer lugar, y luego en Valparaíso siendo recibidos por autoridades y la población.
Otro de los hitos corresponde a la inauguración el 6 de febrero de 1947 de la Base Naval “Arturo Prat” en el continente blanco, por parte del Estado de Chile. Ese año, Chile desarrolló su primera expedición a la Antártica, efectuada a petición del entonces presidente Gabriel González Videla y llevada a cabo por la Armada, a través de la Fragata “Iquique” y el “Transporte Angamos”. En la oportunidad, el equipo de científicos a bordo, tuvo la oportunidad de conocer el continente blanco y tomar las primeras muestras para recabar información geológica, de flora y fauna, y geografía del territorio que comenzaba a descubrirse.
Asimismo, desde ese año, las unidades prestan sus servicios para la tradicional “Campaña Antártica”, cuyo principal objetivo es proveer de un tren logístico que de apoyo a las instalaciones y tareas de los diversos operadores nacionales y extranjeros en el continente blanco. Es así como, año a año, se incorporan al saber nacional e internacional los resultados de numerosas exploraciones a bordo de las unidades de la Armada, en un trabajo de directa cooperación con el Instituto Antártico Chileno (INACH), organismo técnico encargado de conducir las directrices en materia antártica, y que opera bajo dependencia del Ministerio de Relaciones Exteriores.
En el 2014 fue inaugurada la Estación Polar Científica Conjunta Glaciar Unión, ubicada a menos de 1.000 kilómetros del Polo Sur, para fortalecer los objetivos nacionales en el territorio antártico. A la Armada de Chile le corresponderá asumir el mando de esta nueva instalación para el período 2015-2016, lo que implica un gran desafío institucional.
Hasta el día de hoy la presencia de la Armada de Chile ha sido permanente velando no sólo por la soberanía del territorio nacional, sino que llevando adelante significativas tareas de protección del medio ambiente acuático y salvaguardando la vida humana en el mar.