Teniente 2º Daniela Machuca Cabrera
Levantamiento Hidrográfico en la Zona Austral en manos de la primera oficial especialista en la historia del SHOA
Hablar de la Cartografía Náutica Nacional, no sólo implica destacarla como una de las actividades más importantes que realiza el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA), sino que además, es aquella por la cual la palabra seguridad se define como parte de nuestro compromiso, transformándose además, en un valor trascendental para todos aquellos que navegan por los más de 4.200 kilómetros de costa que presenta el país.
El compromiso, que está arraigado en cada uno de nuestros profesionales, se renueva cada vez que realizan las Comisiones Hidrográficas, trabajos liderados por Oficiales especialistas en esta área, quienes llevan a su cargo a un equipo humano altamente calificado, dispuestos a trabajar bajo las más inhóspitas condiciones, desafiando incluso las inclemencias del tiempo y dejando atrás todo aquello que pueda inhibir la ejecución de sus propias labores.
Los trabajos hidrográficos, por muchos escuchados pero por pocos conocidos, siempre estuvieron circunscritos a un mundo liderado por hombres, quienes desde 1874 fueron los responsables de elaborar las Cartas Náuticas, desde la obtención de datos en terreno hasta la publicación de ésta. Realidad que fue cambiando con el paso del tiempo y que actualmente se realiza gracias a un trabajo mancomunado de hombres y mujeres, todos miembros de esta importante repartición.
Desde aquellos años, donde el tiempo no sólo permitió incorporar nueva tecnología, sino que además perfeccionar la manera de hacer las cosas, siendo reconocido por ello en organismos internacionales, el Servicio hoy suma un nuevo hito, un hecho del todo relevante dentro de sus más de 142 años de historia.
La mujer en la Institución
Corría el año 2006 cuando la Armada de Chile al mando del Almirante Rodolfo Codina Díaz, comunicó que a partir del 2007 la Institución abría sus postulaciones para jóvenes mujeres que quisieran ser Oficiales de Línea de la Armada. Con tan sólo 16 años de edad y cursando tercero medio del colegio Aconcagua de Quilpué, la hoy Teniente Daniela Machuca Cabrera, decide postular a la “Escuela Naval Arturo Prat”, algo con lo cual había soñado desde niña y que hasta ese entonces no había sido posible.
Motivada por su historia familiar donde su padre y hermano eran ya eran parte de la Marina, esta joven Cadete perteneció a la primera generación de mujeres en entrar a la “Alma Mater”, experiencia que según detalla no fue fácil pero que sentó el camino para las nuevas generaciones de mujeres que, a la fecha, ya suman 108 Oficiales dentro de la Armada de Chile.
De los cuatro años dentro de la Escuela, la Teniente Machuca nos habla de lo difícil que fue todo este proceso de formación, donde la llegada de estas jóvenes no sólo traía consigo nuevos bríos, sino que además un desafío para todos quienes eran parte de la Institución. “Entrar a la Escuela era un sueño pero nunca imaginé lo sacrificado que podía ser, no tan solo por la parte académica sino por las exigencias físicas que se debían cumplir; además de todo el proceso de adaptación dentro del sistema. Rescato la perseverancia que muchos teníamos y la importancia de saber levantarse y seguir adelante. Había una lucha constante consigo mismo para poder lograr los objetivos”.
Aprender a compartir las 24 horas del día con sus compañeros, aceptando sus diferencias mutuas tomó tiempo, pero al término de este período se lograron consolidar los lazos de amistad y camaradería tan necesarios en esta profesión.
Primera oficial hidrógrafo en la historia del SHOA
Luego de su paso por la Escuela Naval, la Teniente Machuca debía tomar una importante decisión que trazaría su propia ruta dentro de la Armada. Para ella, ser parte de una Repartición donde profesionales del ámbito naval pudieran trabajar codo a codo con profesionales del ámbito civil le resultó atractivo, más aún sabiendo que esta nueva experiencia la compartiría con Oficiales de otros países, con quienes pasó la mayor parte del tiempo entre clases y salidas a terreno y con los cuales estableció una relación muy cercana.
“Desde el punto de vista académico, para mí fue una excelente experiencia. Lo que logramos con mis compañeros fue realmente increíble. El espíritu de cuerpo, el trabajo en equipo y la preocupación que existía entre nosotros era notable”.
Tras terminar el curso de especialización a finales del año 2015, la Teniente se convirtió en la primera Oficial Hidrógrafa del SHOA, título que asume con humildad y que la obliga, según sus propias palabras, a tomarlo como un desafío y con gran responsabilidad. “Tengo claro que ser la primera Oficial Hidrógrafo es importante, pero aún estoy en proceso de asimilación. Siento que ahora el esfuerzo y compromiso debe ser aún mayor, ya que ostentar un título de esa magnitud no sólo me lleva a seguir perfeccionándome sino que además, a mirar este trabajo desde otro prisma, desde una vereda distinta donde el cariño por lo que uno hace se transforma en la esencia que nos mueve y motiva”.
El desafío de las comisiones hidrográficas
Entre el 9 y 31 de marzo, se llevó a cabo la primera Comisión Hidrográfica del año 2016 con apoyo del PSH “Cabrales”. Al mando de este trabajo, estuvo la Teniente Machuca y junto a ella, seis profesionales del Servicio quienes tenían como tarea realizar trabajos Batimétricos, Oceanográficos, Geodésicos, Fotogramétricos, Cartográficos, de apoyo al Derrotero y de Nombres Geográficos en la Región de Magallanes y Antártica Chilena.
El área de operación era compleja y con poca información batimétrica que diera la confianza para transitar con el buque, sin embargo, esto no fue impedimento para cumplir con el 100% de los requerimientos. Para la Oficial, es importante destacar el apoyo del grupo hidrográfico, la disposición abnegada para desplegarse en áreas con condiciones meteorológicas críticas en el bote de goma o en lancha hidrográfica, ya que según indica, “para todos fue una experiencia nueva, donde se hacía necesario establecer las confianzas y trabajar para cumplir con nuestro objetivo, considerando además a una mujer como Jefe de Comisión”.
Durante el tiempo que duraron los trabajos, la Teniente Machuca fue parte activa de todos los movimientos y acciones que realizaban los miembros de su equipo. “Era necesario que ellos vieran que uno estaba ahí, independiente si estuviera nevando o no. Era importante ver cómo trabajaban y conocer los tiempos de ejecución de cada tarea. Eso fue trascendental para sentirnos que realmente éramos un equipo”.
Luego de haber cumplido con su primera comisión y con la certeza de que su especialidad es necesaria para la ejecución de tantas actividades que inciden en el desarrollo del país, la joven Teniente se siente orgullosa de ser parte del SHOA, una repartición que, según nos cuenta, le ha permitido proyectarse como profesional y como mujer; donde ha tenido la oportunidad de ser testigo de hechos trascendentales para nuestra historia reciente y donde la excelencia se traduce en el compromiso de todos sus profesionales con la misión del Servicio que no sólo es “Dar Seguridad a la Navegación”, sino que además, “Contribuir Activamente al Desarrollo del país”.