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Cuartel Prat:
El trabajo de la Infantería de Marina en Haití
Aunque el personal de la Armada de Chile se encuentra desplegado en las distintas unidades que conforman el Contingente Nacional Militar, el Cuartel Prat es el símbolo de la Institución pues, históricamente, ha albergado a los Infantes de Marina, quienes tienen la difícil misión de mantener un entorno estable y seguro en la zona norte del país.
El 2004 fue especialmente convulsionado en Haití. Ingobernabilidad, insurrección, actos delictivos y pobreza extrema que se arrastraban de manera pronunciada desde, a lo menos, principio de los años 90's, fueron los argumentos decidores para que las Naciones Unidas tomaran una postura más enérgica con respecto al apoyo hacia la población. De esta manera, durante los primeros días de marzo, llegan tropas estadounidenses, canadienses, francesas y chilenas para imponer la paz, con el propósito de generar las condiciones que permitiesen la implantación de una misión de estabilización para mantener la seguridad y reconstruir el Estado de derecho.
Chile encabezó la legión latinoamericana que respondió al llamado de la ONU para integrar la Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH), participando desde el primer minuto con un contingente nacional conjunto. La Compañía 213 del Batallón Miller, integrada por Infantes de Marina, fue la primera en llegar. "Estábamos en terreno, en Punta Arenas, y cuando nos regresábamos hacia Viña del Mar nos detuvimos en Talcahuano. Allí nos avisaron que nos íbamos a Haití, era el mes de mayo. Muy rápidamente debimos realizarnos los exámenes médicos y efectuar el curso CECOPAC, éramos una unidad orgánica e íbamos al mando del Teniente 1° Juan Pablo Rojas", comentó el Sargento 2° Pablo Viveros, quien fue parte de aquella primera dotación y que hoy también es parte de la última.
A bordo de un Boeing 767 de la Fuerza Aérea de Chile llegaron en junio 120 Infantes de Marina a Puerto Príncipe, junto a ellos venía un avión C-130 "Hércules" con la logística. Además, en el Boeing venían 40 Oficiales y Gente de Mar que iban a integrar la Plana Mayor. "Llegamos alrededor de las 7 de la mañana. La idea era bajarnos y realizar un cordón de seguridad, pero el golpe de calor que recibimos fue inmenso. Cuando descendimos del avión, lo primero que hicimos fue abastecernos con agua y buscar sombra, esperando que llegara el Hércules. Posteriormente, nos instalamos en un hangar que los Marines de Estados Unidos tenían acondicionado en el aeropuerto. Dormíamos en catres de campañas y el rancho corría por cuenta de ellos. Los Marines, originalmente, iban rumbo a Irak, pero fueron desviados hacia Haití cuando iban en camino. Después de una semana, nos embarcamos en un Hércules estadounidense hacia Cabo Haitiano, en donde los militares franceses nos estaban esperando", resaltó el Sargento Viveros.
El contingente militar francés se encontraba desde marzo imponiendo la paz. Ellos estaban instalados en las antiguas dependencias de la conocida marca de arriendo de vehículos "Hertz". Las habían habilitado para su personal y la MINUSTAH decidió llamar a ese recinto "Camp Hertz". Las primeras semanas fueron de inducción. Los patrullajes se realizaban de forma combinada con vehículos franceses, a la espera de los vehículos nacionales que llegarían a fin de mes a bordo de la barcaza "Valdivia".
"Mientras los franceses utilizaban el edificio principal, nosotros nos quedamos en carpa. Cuando se fueron, nos hicimos cargo de todo el recinto y empezamos a arreglarlo. Después que se nos acabó el agua que trajimos de Chile, nos empezaron a enviar agua embotellada desde Santo Domingo. Llegaba un contenedor una vez a la semana y durante un mes comimos raciones de combate, que eran de origen estadounidense, pero cuando llegamos a Cabo Haitiano, al tiempo, se las empezamos a intercambiar a los franceses por las de ellos, que eran raciones mucho más ricas y producidas", recordó el Sargento Viveros.
Unas semanas después, un pelotón del Cuartel Prat se trasladó hacia Fort Liberté, en la frontera con República Dominicana. "Hoy el trayecto dura una hora, pero en ese tiempo duraba seis. Son sólo 50 kilómetros. Estuvimos operando cerca de 3 meses ahí y después se lo entregamos a las fuerzas españolas. Ellos venían llegando de Irak".
Ese primer contingente no apreció tanto desorden en las calles. Las fuerzas militares que impusieron la paz ya habían logrado controlar las revueltas. Sin embargo, durante los patrullajes se encontraba mucha gente muerta en las calles, principalmente por rencillas o ajustes de cuentas. Se realizaban una gran cantidad de patrullajes con el objetivo de brindar seguridad e incautar armamento. Lo que se requisaba era, por lo general, propiedad de ex-militares y ex-policías.
Cuando finalmente la Infantería de Marina se hizo cargo del Camp Hertz, construyeron 4 torres de vigilancia y efectuaron labores de hermoseamiento como primera medida; además de pasar a denominarse "Cuartel Prat". Posteriormente, llegó personal del Ejército al Cuartel O'Higgins - que se ubicaba justo enfrente - y la Plana Mayor al Cuartel Carrera. Con la entrada en funcionamiento de estos tres cuarteles, la configuración del Batallón Chile se completaba.
Actualmente, el Cuartel Prat está compuesto por una compañía conjunta combinada que cuenta con una dotación de 161 efectivos, de los cuales 40 pertenecen a la Brigada de Operaciones Especiales del Ejército y 37 son uniformados de las distintas ramas de las Fuerzas Armadas de Honduras. "La principal tarea que tienen es cumplir con la misión del Batallón Chile: mantener un entorno seguro y estable, a través de la realización de patrullajes motorizados y pedestres en el Departamento Norte de Artibonite. Además, semanalmente, se desplaza un pelotón a la ciudad de Gonaives con la misma misión", explicó el Teniente 1° IM Juan Francisco Ferrada, Comandante del Cuartel Prat.
Tanto el Cuartel Prat como el O'Higgins tienen un sistema de rotación. Esto quiere decir que cada uno tiene una semana operativa y otra administrativa y de entrenamiento, se van turnando. Cuando están en su semana operativa, los Infantes de Marina deben cubrir las tareas de patrullaje, guarnición y tener preparada una patrulla de reacción rápida (Tactical Quick Reaction Force), ya que debe estar lista y preparada para salir en, máximo, cinco minutos.
Durante el último proceso eleccionario, tanto presidencial como senatorial, tuvieron una participación fundamental en el soporte de seguridad y el traslado de votos desde y hacia los centros de sufragio habilitados. Prácticamente, la totalidad de la dotación se desplegó en ambos comicios.
Cambio de dependencias
En 2014 debieron abandonar sus históricas dependencias, debido a que el Gobierno haitiano realizó una serie de expropiaciones para mejorar la costanera y dar mayor impulso al turismo, proyecto que a la postre, no se completaría. El desarme de todas las propiedades fue un caos, en donde se produjeron varias muertes por accidentes y asesinatos, mientras se desarmaban los inmuebles. El personal se debió trasladar en octubre a un costado del Cuartel General de la MINUSTAH y empezar a habilitar las dependencias desde cero. "La Compañía tuvo que vivir cerca de un mes y medio en el Cuartel Carrera mientras se realizaban los trabajos para habilitar las actuales instalaciones. A fines de 2015 y principios de 2016 se completó el traslado, que es donde estamos ahora está nuevo", afirmó el Teniente Ferrada.
Vinculación con la comunidad
Gracias a los patrullajes se ha podido generar una vinculación importante con la ciudadanía, especialmente con la que vive en pueblos más alejados como Milot, Grand Riviere du Nord, Limonade y Leborné; situación que no ocurre con militares de otras nacionalidades. "Cuando vamos a realizar una ronda siempre vamos con un intérprete, con el propósito de recabar información que nos permita saber si es que se han producido asaltos o algún tipo de desorden y, la verdad, es que la única razón de las alteraciones tienen relación con temas políticos. Que sepamos de bandas armadas, secuestros u otro tipo de ilícitos de mayor connotación, podemos decir que no es efectivo", comentó el Teniente Ferrada.
Históricamente, el combatiente que más se desgasta es el conductor. A pesar de que es un país relativamente pequeño, las condiciones de los caminos son pésimas, y trayectos de 100 kilómetros fácilmente se convierten en 4 o 6 horas de viaje. Es por esta razón que en las planificaciones de las misiones tiene una gran injerencia la cantidad de conductores disponibles. Durante la semana operativa se efectúan entre 4 a 5 patrullajes diarios, tanto diurnos como nocturnos.
Un patrullaje de corto alcance tiene una duración de 4 horas en promedio, mientras que uno de largo alcance puede durar 9, considerando los tiempos de desplazamiento. Además, hay que tener en cuenta que el personal debe ir equipado completamente: casco, chaleco antibalas, fusil y elementos varios que, en total, pueden sumar cerca de 20 kilos.
Hoy Cabo Haitiano y sus alrededores son mucho más seguros y amigables, en gran medida gracias al esfuerzo que el Batallón Chile ha realizado por acercarse a la comunidad para mostrarse y comportarse de manera cercana. En esto, el personal de la Infantería de Marina y del Cuartel Prat ha sido fundamentales, debido a que durante los últimos 12 años han sido los que han recorrido las calles de las distintas ciudades del sector norte del país, protegiendo a los más débiles y entregando una luz de esperanza, especialmente a los más niños. Esos niños que han vivido toda su vida con la presencia de la MINUSTAH y que al reconocer a una patrulla nacional la saludan y le gritan C-H-I como símbolo de amistad y aprecio.