El desafío de patrullar la Antártica

Cruzar el paralelo 60° Sur y asumir como Buque de Servicio Antártico (BSA) implica enfrentar desafíos. Navegar entre los hielos y patrullar las gélidas aguas antárticas, en comunión con una Armada amiga, genera una responsabilidad que se traduce en acciones concretas. 19 años de ir a la par, han afianzado los lazos que tienen como resultado cuatro etapas donde la premisa es salvaguardar la vida humana en el mar y combatir la contaminación marina.

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La Patrulla Antártica Naval Combinada, que se viene desarrollando desde 1998 de manera ininterrumpida, es la materialización de un esfuerzo combinado entre los Estados de Argentina y Chile, a través de las Armadas de ambos países.

Nacida a partir de la integración, colaboración y profundización de la amistad y la confianza entre ambos países, planteadas en el Tratado de Paz y Amistad de 1984, se nutrió a partir de la realización de distintos ejercicios e intercambios profesionales entre las Armadas de ambos países.

La Patrulla Antártica Naval Combinada (PANC) correspondiente a 2016/2017, se inició el 12 de noviembre cuando el remolcador de flota ATF “Lautaro”, al mando del Capitán de Corbeta Rafael Letelier Widow (Chile), zarpó para convertirse por un mes en Buque de Servicio Antártico (BSA) y cumplir con las etapas Alfa –en primera instancia– y, ya entrado el mes de enero, la Charlie.

Mientras tanto, el Aviso ARA “Islas Malvinas” de la Armada Argentina permaneció en el muelle militar “Augusto Lasserre” de la ciudad de Ushuaia como Buque de Apoyo Antártico (BAA) para asumir luego las etapas Beta y Delta.

Como una muestra más del intercambio y los vínculos entre las Armadas de Argentina y Chile, en el caso de esta versión de la PANC, en los períodos Alfa y Charlie embarcaron como observadores en el ATF “Lautaro” de la Armada de Chile, el Teniente de Fragata Sebastián Chávez y el Teniente de Navío Sergio Pacheco de la Armada Argentina.

Imagen foto_00000003Para las etapas Bravo y Delta, realizadas por el aviso “Islas Malvinas”, hicieron lo propio los Tenientes 1º Piero Fagandini y Rolf Herrmann de la Armada de Chile.

Alfa y Charlie La etapa Alfa comenzó el 15 de noviembre a cargo del ATF “Lautaro”, al mando en ese entonces del Capitán de Corbeta Rafael Letelier.

Durante este periodo, el buque se estableció como Servicio de Búsqueda, Rescate, Salvamento y Control de la Contaminación en las aguas al sur del paralelo 60º S; operación que tiene por objetivo velar por el tránsito seguro de las naves que circunnavegan las aguas antárticas y responder en forma rápida a las emergencias marítimas que pudiesen ocurrir.

Una vez terminada la primera etapa, el buque entregó la guardia al Aviso ARA “Islas Malvinas”, después de finalizar un ejercicio combinado. Posteriormente, retornó a su puerto base y asumió el mando de la Unidad el Capitán de Corbeta José Francisco Peñaranda.

Ya con el Capitán Peñaranda como nuevo comandante, el “Lautaro” regresó a territorio antártico para iniciar el 23 de enero la etapa Charlie de la Patrulla Antártica Naval Combinada.

Durante esta comisión se cumplió con una gran cantidad de requerimientos nacionales, institucionales y extranjeros, entre ellos, el apoyo logístico a las bases antárticas y mantención a la señalización marítima chilena, vital para mantener la seguridad a la navegación. Cabe destacar que durante su comisión el ATF “Lautaro” visitó 15 bases antárticas nacionales y extranjeras.

El Capitán Peñaranda señaló que “nuestra travesía en el Continente Antártico representa cada año un importante desafío para la dotación del buque, quienes debiendo dejar sus hogares durante prácticamente todo el periodo estival, deben poner a prueba el máximo de sus conocimientos profesionales para imponerse en un entorno complejo y hostil hasta cumplir cabalmente con la misión encomendada, llevando siempre en alto la moral y el bien superior de la Patria”.

Imagen foto_00000002Bravo y Delta La etapa Bravo inició a mediados de diciembre por lo que las fiestas de fin de año se vivieron en la Antártica. El Aviso ARA “Islas Malvinas” cumplió durante este período con las tareas correspondientes a la patrulla, además de efectuar actividades tendientes a contribuir con la Campaña Antártica de Verano de Argentina, abriendo tres bases temporarias y realizando transporte de personal y carga en general.

En ese período, se produjo en territorio antártico el cambio de mando: el Capitán de Corbeta Roberto Lovera entregó el cargo al Capitán de Corbeta Guillermo Mondiné.

El Aviso ARA “Islas Malvinas” entregó la guardia en caleta Arley al ATF “Lautaro” de la Armada de Chile. Así la etapa Bravo se dio por finalizada con un ejercicio de auxilio al exterior y control de la contaminación, en el que ambas dotaciones trabajaron en forma combinada.

Por su parte, la etapa Delta –que se extendió hasta el 31 de marzo– incluyó, entre otras, las tareas de patrullado en el Sector Antártico Argentino, en la zona de las Islas Shetland del Sur, estrechos Antarctic y Gerlache; y monitoreo para control de la contaminación en los sitios de los hundimientos del buque de pasajeros “Explorer” y el pesquero “KaiXin”.

Asimismo estuvo signada por el intercambio y el fortalecimiento de lazos. Es así que el Comandante del ARA “Islas Malvinas” participó junto a parte de su dotación de un almuerzo de camaradería con personal de la Armada de Chile en la Capitanía de Puerto Fildes.

Imagen foto_00000005De la misma forma, el Segundo Comandante de la unidad, Teniente de Navío Pablo Oyarzábal, asistió junto al Jefe de la Base Carlini, Mayor Máximo Lamela, y personal de las bases antárticas de Uruguay, China, Corea y Rusia al 87º aniversario de la Fuerza Aérea de Chile, en la base Presidente Frei.

El Capitán de Corbeta Guillermo Mondiné, concluyó: “Me encuentro muy satisfecho por el desempeño de la unidad, pero más que nada por el de la dotación, que desde el inicio de la patrulla el 15 de noviembre hasta el día en que finalizó, han cumplido con todas sus responsabilidades de manera destacada y eficiente”.